martes, 7 de septiembre de 2010

Biografía de Oscar Pardo escrita por Dairo Arteaga

BIOGRAFIA DE OSCAR PARDO, ESCRITA POR DAIRO ARTEAGA NAVARRO, ESTUDIANTE DE CONTADURÍA PÚBLICA, UNIVERSIDAD DE CARTAGENA, III SEMESTRE, 2 DE NOVIEMBRE DE 2007


PRÓLOGO POR OSCAR PARDO

Quizá porque mi niñez sigue jugando en tu playa
Y escondido tras las cañas duerme mi primer amor,
Llevo tu luz y tu olor por dondequiera que vaya.

Joan Manuel Serrat, cantautor español

Mi primer mundo, el de mi temprana infancia, fue un universo verde adornado por un blanco impoluto y un azul pálido pero profundo. El verde era la vegetación del entorno, exuberante y bonita; el blanco eran las nubes eternas pero intocables y el azul era el cielo, misterioso e intimidante, como siempre.

Era “Juanillo”, la finca de mis abuelos en Arjona. Desde allí me llegan los recuerdos del canto de mi madre mientras cocinaba o lavaba y de los chistes y anécdotas, reales o imaginarias de mi padre, las cuales no han podido enterrar el tiempo ni las vivencias nuevas.

Mis primeros amigos fueron mis hermanos Rafelito y Jesús, con quienes jugaba unos minutos y peleaba otros tantos; reír y gritar de alegría, por lo general, terminaba en llorar para luego reír y gritar de nuevo. Mi primer maestro fue Pedrito, mi hermano mayor. Mis primeros –y tal vez únicos verdaderos- juguetes fueron caballitos de palo (una simple rama deshojada de matarratón entre las piernas), o burritos de totumo, piedras y tapitas que eran soldados invencibles (los más disciplinados y valientes que he conocido) y el bus de madera, fabricado por mi padre con tablas viejas, que aunque andaba con dificultad, era lo más bello y extraordinario que poseía; amigos y juguetes inmortales que se mantienen incólumes en mi memoria y que me hicieron de verdad un niño feliz, sin la más mínima comprensión de las vicisitudes familiares por la desmedrada economía doméstica.

Hoy, al poner el espejo retrospectivo en la distancia de mi infancia y juventud veo que muchas cosas hice, pero fueron más las que dejé de hacer, que fui pasivo cuando debí ser activo y reactivo cuando debí ser proactivo. Pero aun así, me he esforzado por ser un hombre bueno, digno de mi familia, de mis amigos, de mi empresa, de mi patria y del mundo. He luchado con la fuerza del amor y la honestidad, especialmente para darle ejemplo a mis hijos y a mis alumnos. Si algo me emociona es saber que puedo dar algo de mí para que otros sean mejores que yo. Si aún no lo he logrado, insistiré. Si lo logro seré un feliz eterno.

Amigo lector, en los párrafos que siguen hallarás un extracto de lo que he sido, aunque me hubiera gustado que fuera igual a lo que he querido ser. Le he contado a Dairo Arteaga, mi alumno, algunos pasajes de mi vida. Se parecen poco a los de los héroes de la literatura, la televisión y el cine, a quienes no pretendo emular, pero, después de todo, es mi verdad, la verdad de mi vida que comparto con ustedes.

A fin de cuentas... como dijo Neruda: “Confieso que he vivido”.


Oscar Felipe Pardo Ramos


Nació el 8 de noviembre de 1956 en Arjona Bolívar, hijo de Víctor Manuel Pardo Guardo y Elizabeth Ramos Castilla. Sus padres eran campesinos, su ambiente era rodeado de agua, vivía en una finca.

Cuando tenía cuatro años de edad se desplazó a Arjona para estudiar y al llegar allá se sorprendió mucho por la luz eléctrica. Además al mismo tiempo, conoció la radio por la que tenia su abuelo.


Lector precoz, a su corta edad sabía leer, cuenta que fue su hermano Pedro quien le enseñó las primeras letras y quien le despertó el interés al leerle un libro de ciencias naturales. Su primera escuela fue el Colegio Francisco de Paula Santander y pasado un año a sus 5 años de edad, sabía las operaciones básicas. Tímido desde muy pequeño, era “gago”; por lo tanto, no hablaba por temor a las burlas. Por tal dificultad desarrollo la habilidad para escribir, después trató de quitar esa timidez con una asignatura llamada Centro Literario a mediados de Bachillerato.


Además, parte de su primaria fue en Liceo de la Costa en Cartagena, donde se desplazó con su hermano Rafelito, viviendo en la casa de su hermano Pedro, quien se preocupó siempre que sus hermanos menores estudiaran. Sin embargo, después de ese año se devolvió a Arjona a cursar 5º y 6º.

Cuando tenía 14 años se subió a un poste de alta tensión, ignorante del peligro que corría, mientras su hermano lo buscaba, sin darse cuenta se acercó al campo eléctrico de un cable que le propinó una descarga de trece mil ochocientos voltios, su abuelo lo tomó en sus brazos y lo llevó al hospital más cercano, solo recuerda cuando lo llevaban cargado inconsciente y cuando preguntaba ¿qué había pasado?

Debido a la gravedad de las lesiones lo tuvieron hospitalizado un mes y después le dieron de alta.

Sus últimos años de la secundaria los terminó en Arjona.

Pedro Pardo (su hermano mayor), marcó su vida, porque era una persona brillante, muy estudioso y le tenía mucho afecto, él fue militar de carrera y se graduó en Economía en la Universidad de Cartagena. Luego de pensionarse en la Armada y graduarse se fue a los Estados Unidos de América, por lo que hace 21 años no lo ve, se comunican por chat y por teléfono. Pedro ahora es un pastor cristiano en dicho país.

A sus 18 años estuvo a punto de no estudiar, porque su padre se fue a Venezuela ya que su abuelo vendió la finca donde vivían, situación que llevó a su familia a trasladarse al casco urbano de Arjona.

Otro pequeño inconveniente es que eran ocho hermanos y el segundo de ellos (Cesar) murió a los 19 años, era epiléptico, pero muy inteligente y le enseñó a Oscar el saber orientarse por medio de las estrellas.

Solo su hermano Pedro y él son profesionales, los cinco hermanos restantes no estudiaron carreras profesionales. Un día Pedro le dijo: “hay personas que no estudian porque son pobres y si no estudian se vuelven más pobres”. Él entendió claramente el mensaje y desde entonces se propuso ser un profesional.


Con este firme propósito siguió los pasos de su hermano quien le pagó la universidad (Universidad de Cartagena) en la cual se esmeró mucho por estudiar y al cabo de dos semestres obtuvo la matrícula de honor y no pagaba nada.

Hubo una época cuando el “Sueño Americano” estaba en su apogeo y le propusieron irse a tal sueño sin terminar su carrera, una mujer que le gustó mucho, pero decidió primero terminar su carrera.

Cuando recién egresaba de la universidad a sus 24 años de edad, tuvo su primer hijo (Oscar Eduardo). Con la llegada de su primer hijo sintió la necesidad de trabajar, cuando comenzó a dar clases en el ICTEB, institución que era de propiedad de los dueños de IAFIC, como docente empezó por la necesidad, más no por amor al arte.


El primer día de clases tenía pánico porque los estudiantes eran mayores que él. Pero, poco a poco fue dejando ese miedo porque siempre ha tratado de ser muy cercano a sus estudiantes y lo ha logrado sin apartarse de la docencia, solo por el hecho de saber que está ayudando y contribuyendo a la formación de los demás.


Hobbies

Apenas terminó su carrera profesional y también a pesar de su trabajo, se interesó mucho por el boxeo, en el cual hizo un curso de arbitraje para tal deporte. Uno de sus profesores en este curso fue el actualmente también profesor de la Universidad de Cartagena doctor Arley Pérez.

Al cabo de un año, era árbitro y fundó un club social y deportivo de boxeo en Arjona, junto a su hermano Rafelito y su primo Elías Chamorro. El club, que aún existe, tiene por nombre: “Dueños del Ring”.

En este club se formó un entrenador que fue varias veces el elegido a nivel mundial y, éste a su vez dio muchos boxeadores para los juegos olímpicos donde su máximo logro fue Harold Grey, campeón mundial.

Pero no duró mucho, cuando perdió el interés por el boxeo ya que vivió dos situaciones que lo pusieron a pensar: la primera fue, cuando separaba a dos peleadores, uno golpeó al otro tan fuerte en la nariz que se la fracturó, de manera que le tocó acompañarlo al hospital más cercano.

La otra fue que vio morir a una persona en el ring, uno de los boxeadores se desmayó y no recuperó el conocimiento y el otro quedó como un vegetal, luego de un combate. Entonces pensó y se cuestionaba si en verdad valía la pena seguir en ese deporte.

Por eso lo tomó con un hobbie inicial, ya que piensa que los pasatiempos cambian a medida que pasan los años. Fue allí cuando nació otro hobbie y es un gusto particular por la música de balada y se volvió coleccionista de esta música, en especial de los discos de cuatro cantantes: dos griegos (Demis Roussos y Nana Mouskouri) y dos españoles (Paloma San Basilio y Joan Manuel Serrat).

Se interesó por la literatura y comenzó a leer a Gabriel García Márquez y Ernest Hemingway. Luego en su formación profesional estudió a Peter Drucker. Hoy sigue leyendo libros de literatura gerencial y literatura.

Otra de sus pasiones es el amor por los animales. No los tiene en casa porque a su esposa no le gustan. Es por eso que cuando tiene tiempo libre ve el canal Animal Planet. Le gusta el inglés y tiene un muy buen nivel de lectura y hablado.

Trabajo con la Contraloría General de la Republica


En el año 1993, tenía 37 años de edad. Entró en tal trabajo gracias a un favor de un político, pero muy pronto abrieron un concurso meritocrático en el que hubo más de 200 participantes, de los cuales solo once personas pasaron, ocupando él el 2º puesto. Ya va a cumplir quince años trabajando con la Contraloría.

Con respecto al clima organizacional que maneja con sus compañeros es excelente, ya que capacita a sus compañeros de trabajo y se ha ganado el respeto de ellos. En la Contraloría, tiene el cargo de auditor, y está haciendo una especialización.

Metodología de clases junto a una pedagogía contructivista.

Antes que todo cree que la docencia requiere mucho tiempo, además cree que la hora de clase no es suficiente para la formación de los estudiantes. Es por eso que se siente frustrado cada vez que piensa en no tener tiempo para crear un semillero investigativo.

Siempre ha querido tener conocimientos de disciplinas diferentes (ser una persona integral), por ello aborda el estudio de temas de psicología, administración, economía, derecho, filosofía, historia, sociología, política, literatura y otros.

Ingresó como docente a la Universidad de Cartagena en el año 2003 y trabaja en la ESAP (Escuela Superior de Administración Pública) los sábados. Trabajó en el Instituto Tecnológico de Comfenalco de 1996 – 2000 y trabaja en la Universidad Luis Amigó.

Estudió filosofía y leyó sobre el enfoque sistémico-complejo, se identificó con las teorías de Edgar Morin. Por medio de ellas empezó a entender mejor las teorías administrativas, la sociología y la historia, lo cual ayudó a acercarse más a sus estudiantes.

Sin embargo, antes era muy empírico utilizaba más práctica que teoría. Hoy en día, da mucha más referencias para entrar en confianza con la asignatura. Conoce la pedagogía desde el año 1998 en adelante, ha obtenido cuatro diplomados en tal aspecto y se identificó con el método constructivista.

Es por eso que no le gusta presionar a sus estudiantes, trata en lo posible de que el estudiante sea su propio maestro y realiza los exámenes a libro abierto, ya que piensa que los exámenes son una oportunidad para aprender más cosas.

Siempre que puede expone sus ideas y dice que los profesores no deben condicionar a los estudiantes, sino que éstos deben aprender a aprender.


Vida Familiar y Vida Espiritual

Tiene tiempo para la familia y para compartir con ellos los sábados en la noche y los domingos salen siempre a algún lugar.

Es padre de Flor María, ya casada y con dos hijos; de Oscar Eduardo, quien se casará pronto; y de María de los Angeles, una preciosa joven de va a cumplir quince años y que afirma es muy inteligente y bonita y que será una profesional destacada en cualquier profesión.

Su esposa es Osiris Del Carmen Castillo Ramírez, quien es la primera impulsadora de sus sueños y metas. Tienen tres hijos: Oscar David, Angélica María y Lilibeth. Oscar David, el mayor, estudia en la Universidad Tecnológica de Bolívar administración de empresas, luego de retirarse de medicina; Angélica, la segunda, estudia medicina en la Universidad del Sinú, es muy dedicada al estudio; y Lilibeth, la menor, estudia administración industrial en la Universidad de Cartagena y le tocó como estudiante.

Por otro lado, cree en Dios y está convencido de que con buenas obras y buena conducta es la mejor manera de servirle a Dios.

Cree en Dios como el Gran Arquitecto del Universo, como una inteligencia superior y que organizó al mundo en sistemas, por eso dice que siente dolor cuando hay personas que engañan a otras con falsos milagros, o cuando algunos se autodenominan como mensajeros de Dios y en el fondo tienen otro interés.

Tiene dos viajes en proyecto con su esposa ahora que se pensione, por las civilizaciones de Egipto, Roma y Grecia. Pero viajará a Venezuela el año entrante, también viajará a Brasil y Panamá.


Su misión e ideas para la Universidad de Cartagena.

Su propósito o misión es ayudar a formar ciudadanos, estudiantes para un mañana. Cree que a la Universidad de Cartagena le falta mucho en cuanto a su infraestructura, la parte investigativa y logística. Así mismo, considera que son precarias las condiciones de vinculación y estímulos de los profesores de cátedra.

Una solución que él plantea es que la universidad se vinculara o articulara más con la empresa, de manera que le diera beneficios tanto a la universidad como a las empresas y por ende a la sociedad general.

Piensa que una forma es establecer convenios con la empresa privada donde la universidad aportara recursos intelectuales. La universidad donaría las patentes o procesos de investigación que vincularan a los estudiantes de la universidad.

No ha tenido ningún privilegio con la Universidad de Cartagena, solo el hecho de conocer a sus estudiantes y compañeros docentes.


Conclusión

No se siente plenamente realizado, pero está satisfecho con sus logros en lo profesional y lo personal.

Tiene una hermosa familia muy unida, ha sido esposo y padre responsable, amoroso, comprensivo y tiene perspectivas mejores, lo cual lo alegra mucho más.

Está trabajando en un libro de administración no sabe como lo va a llamar, pero va a ser diferente a todo lo que hay en el mercado, en un par de años debe estar editado y terminado.

Si es cierto una vida concluye cuando se muere, lo cierto es que la vida que acabamos de leer hay mucha tela por cortar esos logros todavía no alcanzados tienen mucho que contar un sin numero de estudiantes, docentes, gerentes, rectores, amigos, compañeros de trabajo, etc.

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