martes, 18 de enero de 2011

Pitágoras: místico y eterno aprendiz

 Oscar Felipe Pardo Ramos


"Ten confianza,  porque de una divina raza están hechos los seres humanos."
 Pitágoras
Introducción
Escribir sobre Pitágoras representa un reto enorme para el autor de estas líneas, por múltiples razones. En primer lugar, significa escudriñar en diversos y dispersos archivos sobre una de las figuras más llamativas y misteriosas de la filosofía antigua y sobre quien no hay una biografía consensuada; en segundo lugar, la obra de Pitágoras que es de dominio público, está relacionada más con sus conocimientos en matemáticas que con sus aportes a la filosofía y a la mística; en tercer lugar, siendo de carácter iniciático la escuela pitagórica, posee cierta aura de misterio, por lo que cabe la posibilidad de que esto hubiese incitado a la especulación y la imaginación de algunos de los autores de las fuentes consultadas, que podrían transfigurar la esencia del pensamiento de tan especial personaje.
Por demás, luego de veinticinco siglos de su aparición, existen tantos documentos, variados y algunos contradictorios, sobre su vida y pensamiento, que ponen en peligro la fidelidad de la obra de Pitágoras. Además, hay algunos que ponen en duda su existencia.
En consecuencia, me referiré brevemente en este trazado a algunos de los aportes de Pitágoras a la mística, su lado menos conocido.
Pitágoras, el hombre y los números
Nació en la isla griega de Samos, aproximadamente en el año 580 A.C y alcanzó cerca de los 75 años de edad. No son claras las circunstancias en que  falleció. Se cree que fue en Metaponto (Italia) al negarse a tomar alimentos en protesta por la persecución y masacre de los pitagóricos, luego de la revuelta de Crotona, aunque otras fuentes sostienen que fue asesinado junto con sus discípulos en dichos disturbios.
Tres filósofos fueron sus principales maestros: Pherekydes de Syros (Ferécides), su tío, quién le enseñó teología, Thales de Mileto, quien le inició en el estudio de la  astronomía y las matemáticas y Anaximandro quien le enseñó geometría y cosmología.

Vivió y estudió en Alejandría, fue iniciado en las escuelas místicas de Egipto, especialmente en la mística de Hermes. Luego fue a la India y se inició en los brahmines. Estuvo en el Tíbet y luego en China. Fue admitido en todas las escuelas místicas de su época y admirado y respetado en todo el mundo conocido en ese entonces.
La característica esencial de su obra es la intención de crear una síntesis de todas las doctrinas existentes, buscando unir las polaridades opuestas; igualmente, intentó conocer la verdad de tantas fuentes como fuera posible, en todos sus aspectos, en todas sus dimensiones.
Fue un fenómeno extraño entonces, y aun lo es, ser místico y científico al mismo tiempo; tal vez por ello fue considerado un loco por los intelectuales de su tiempo. No obstante, sus reflexiones sirvieron de base a grandes pensadores como Sócrates, Platón y Aristóteles, las mentes más lúcidas del mundo en todos los tiempos, y a muchos otros. Así mismo, a él se deben los términos filosofía y matemáticas.
Fundó tres escuelas para impartir sus enseñanzas: la primera en Samos, la segunda en Crotona y la tercera en Tarento.
La sociedad que fundó, conocida como Hermandad Pitagórica, tenía una doctrina muy estricta y un severo código de conducta, pero era igualitaria y democrática.
La Hermandad Pitagórica era una comunidad religiosa caracterizada por el encierro, la austeridad y el misticismo. El ídolo más venerado era el número, creyendo que gracias a las matemáticas el alma podría ascender a través de las esferas para unirse a Dios.
El símbolo de la Hermandad Pitagórica- y por  medio del cual se reconocían sus miembros entre sí- era la estrella de cinco puntas inscripta en un pentágono que llamaban pentalfa (cinco alfas).
Pitágoras pensaba que todo el universo se apoyaba en los números y sus relaciones, de manera que atribuía a éstos ciertas propiedades mágicas, que lo llevaron a investigar sobre las propiedades matemáticas de aquellos. Tal vez por ello, se le considera el primer matemático puro, aunque no se cuenta con ninguno de sus escritos.
Pitágoras fue, también, músico, a él se atribuye, el descubrimiento de que las cuerdas de los instrumentos musicales producían sonidos de tonos más agudos cuando se las acortaba. Debido a estas observaciones, el estudio del sonido ha permanecido inalterable hasta nuestros días.
Los pitagóricos, además, manejaron ciertos misterios, proponían la obediencia y el silencio, la frugalidad de la comida, sencillez en la vestimenta y el patrimonio y la frecuente auto-examinación. Creían en la inmortalidad y la transmigración del alma.
El teorema
Es cierto que la mayoría de nosotros solo ha conocido a Pitágoras por su famoso teorema del triángulo rectángulo: el cuadrado de la hipotenusa es igual a la suma de los cuadrados de los catetos. Aunque este teorema era conocido en Babilonia y en la India varios siglos antes, Pitágoras fue el primero que lo demostró. Pero esta demostración llevó a la  tergiversación de su pensamiento durante siglos. En Occidente la gente se ha olvidado por completo de que era un místico. La única idea que se tiene de él es que era un gran matemático. Así se le menciona en los libros de historia y en la academia solo se le recuerda por esto.
La luz del teorema brilló tanto que encandiló a todo el mundo, de manera que pocos se percataron de que era un místico, un filósofo mayor. Fuentes autorizadas  (Osho, 168, 2008) piensan que las matemáticas fueron más un pasatiempo que una verdadera disciplina intelectual para Pitágoras, como podría ser para Krishna tocar la flauta.
A la hora de la verdad, esta era la imagen que le interesaba a Occidente. Entre nosotros es conocido el marcado pragmatismo de la ciencia en Occidente, una ciencia sin conciencia. El teorema de Pitágoras fue importante porque llenó un vacío de la geometría, la ciencia de las formas, y la forma es fundamental en el imaginario occidental. Se considera que él es esencialmente un matemático y que el misticismo era solo una excentricidad suya. Lo cierto era lo contrario: su espíritu era el misticismo, las matemáticas solo una diversión inteligente.
Las leyes de la necesidad y del poder
Pitágoras reconoce dos motivos para las acciones humanas: el primero es un asunto de naturaleza inferior llamada necesidad, el segundo emana de una naturaleza superior llamada poder; pero ambos son necesarios para una vida digna y rica.
La ley de la necesidad es de orden natural, físico, material; la ley del poder es mística, superior, espiritual; cuando más nos elevamos en conciencia, menos funciona la ley de la necesidad y funciona más la ley del poder, y viceversa, cuando nos aferramos a la necesidad no funciona la ley del poder, de la libertad.
Las necesidades del cuerpo son de naturaleza inferior, las necesidades espirituales son de naturaleza superior. La verdadera vida humana comprende las dos leyes, aunque en la práctica se le haya dado prioridad a la ley de la necesidad. Esta ley es ineludible, no admite excepciones, todos nacemos, nos alimentamos, crecemos, envejecemos y morimos, por tanto, es imposible la resurrección de un muerto en su parte material. El cuerpo sigue formando parte de la materia, y como tal, solo será materia; la conciencia es otra cosa, pertenece a otra dimensión.
Pitágoras enseña que estas dos leyes son necesarias y complementarias, no excluyentes. No se debe alimentar y proteger solo al cuerpo. Hay que alimentar y cultivar el alma. Cuerpo y alma son opuestos y complementarios, así son la vida y la muerte, el hombre y la mujer, la luz y la oscuridad, el bien y el mal. El ser humano es emoción y razón juntos, somos racionamiento y sentimiento al mismo tiempo, eso nos hace complejos, pero tremendamente hermosos. ¿Qué tal que fuésemos solo emociones sin racionalidad? O ¿seres racionales sin sentimientos?
Cuando hay una lucha entre lo superior y lo inferior, siempre vence lo superior. Lo inferior solo puede vencer cuando lo superior está ausente. Por ello lo superior es la ley del poder.
La verdadera victoria de la ley del poder se presenta cuando podemos dominar nuestras pasiones mediante la elevación de la conciencia. Es supremamente difícil, pero no imposible, esta es la diferencia entre los iluminados y el resto de los humanos.
Las Pes de Pitágoras
Para Pitágoras la elevación de la conciencia debe pasar por las siguientes etapas: preparación, purificación y perfección. Cuando se han cumplido debidamente llegaremos a la verdad y a la plenitud de la conciencia.
Preparación: significa prepararse para aprender, es una actitud receptiva, de mente abierta, tener la disposición y la curiosidad; es, también, comprometerse sinceramente con la búsqueda, no siendo un simple espectador sino un participante activo.
Purificación: es deshacerse de todas las ideologías, de todos los condicionamientos, ideas,  prejuicios, conceptos y filosofías, hoy diríamos paradigmas. Purificarse es limpiar la mente para permitir la llegada de nuevo conocimiento, tal vez signifique hoy desaprender y re-aprender. La purificación es la parte purgativa, es necesario deshacerse de todas las capas, máscaras y personalidades que hemos ido aprendiendo a través de la vida, condicionados por las costumbres, las tradiciones, la educación, esto es, por el contexto cultural. Preparación y purificación son necesarias para alcanzar la perfección.
Perfección: cuando dejamos atrás el “cascarón” que nos hemos quitado mediante la purificación, la perfección empieza a ocurrir. La perfección es la expresión máxima de la mística. La perfección es la obtención continua de un mayor grado de conciencia. Para llegar a la perfección hay que prepararse, tener el deseo, la actitud; además, hay que purificar el alma, mediante un lavado de las impurezas que cargamos a través del tiempo; la preparación y la purificación son premisas claves para la perfección.
Cosmos: base de las ciencias
Para Pitágoras la visión fundamental consistió en que el universo es un cosmos, un todo ordenado y armoniosamente articulado. El destino del hombre consiste en considerarse a sí mismo como una pieza de este cosmos, descubrir el lugar propio que le está asignado y mantener en sí y en su entorno, en lo que está de su parte, la armonía que es debida de acuerdo con el orden natural de las cosas.
La visión de “cosmos” de Pitágoras se convirtió en la base de la investigación científica. Cosmos para él era armonía, ritmo, orden, lo cual se contrapone al concepto de “caos”. Las leyes de la naturaleza son cósmicas, ordenadas, sistémicas. Si las leyes –de la física y la química, por ejemplo- cambiaran a cada momento no podría haber ciencia. Los fenómenos naturales funcionan de un modo consistente, la tarea de la ciencia es descubrir esas leyes, que son la clave de todos los misterios.
Para Pitágoras la verdadera religión no es otra cosa que la ciencia de lo interno, mientras que la llamada “ciencia” es la ciencia de lo externo; ambas pueden y deben existir en el mismo cosmos. Las dos deben estar unidas por un puente. Para él la ciencia es la búsqueda de la verdad en el mundo objetivo y la religión es la búsqueda de la verdad en el mundo subjetivo, y la filosofía es la búsqueda de la verdad. Así la ciencia y la religión deberían ser dos manos, dos alas de un mismo cuerpo.
Sin embargo, la religión y la ciencia han estado enfrentadas durante siglos por no tener en cuenta las ideas de Pitágoras. El poder político de la religión llegó a anular el desarrollo de las ciencias durante largos periodos de la historia. A este distanciamiento se debe el estancamiento del conocimiento científico y la destrucción de una parte de éste en ciertos momentos de la historia.
La ciencia puede ayudar a la religión, pero la religión teme a la ciencia. La ciencia se ha abierto paso a pesar de la represión de papas y autoridades del clero. Mas ahora asistimos al fenómeno inverso, igualmente estúpido: la ciencia trata de destruir la religiosidad. Esta es una actitud revanchista que ha creado la idea de una naturaleza autonómica, indiferente con Dios y con el hombre. De acuerdo con esto, la naturaleza por sí misma es caótica y creadora, no ordenada ni sistémica.
Esta polarización entre ciencia y religión explican de algún modo importantes diferencias entre Occidente y Oriente. Occidente ha elegido la ciencia y se ha hecho rico en lo exterior, pero pobre en lo interior; y al revés, Oriente ha elegido la religión en vez de ciencia. Su mundo interior es más rico, pero se mueren de hambre; no poseen las condiciones materiales para llevar una vida mínimamente digna.
Si el mundo hubiese escuchado a Pitágoras la situación sería diferente: no tenemos por qué ser solamente materialistas o espiritualistas. La necesidad y el poder requieren de una mística unión para que la vida humana exista en equilibrio. El cuerpo y el alma requieren atención simultánea, no se puede atender a una y abandonar a la otra. Es el don de la unidad.
Pitágoras el peregrino
Pitágoras simboliza el eterno peregrino en busca de la filosofía perenne. Él fue un buscador de la verdad por excelencia. Toda su vida y obra giraron alrededor de esa búsqueda. Viajó por todo el mundo conocido en aquellos días, buscando a los maestros, las escuelas de misterio, cualquier secreto oculto, a cualquiera que pudiera enseñarle.
Pitágoras es único porque después de iluminarse siguió buscando a los maestros, fue por tanto un eterno aprendiz, dispuesto a aprender de cualquiera que pudiera enseñarle.
Pitágoras ha sido el primero –y tal vez el único- en crear una verdadera síntesis de la ciencia y la mística. Como afirma Osho, (Ibíd. 14, 2008) ha habido grandes místicos como Jesús, Buda, Lao Tse, Zaratrustra; como también ha habido grandes científicos: Newton, Edinson, Einstein, pero no es usual encontrar científicos místicos. Pitágoras era uno de esos hombres,  por ello es incomparable.
Cuando Pitágoras estaba en plena lucidez de su inteligencia fue perseguido por las instancias del poder político. Esta persecución  se extendió a todos los miembros de la Hermandad Pitagórica y buscaba la destrucción de todo el tesoro intelectual y filosófico reunido por él y sus discípulos en tantos años de esfuerzo. Estas instancias del poder no le permitieron lograr su propósito de dar a conocer más ampliamente su pensamiento, no le permitieron universalizarlo, enseñar a la gente, aunque, después de todo, tuvo el mérito innegable de enlazar a Oriente y Occidente. Fue, por decirlo así, el primer puente entre los dos hemisferios.
Luego de la muerte de Pitágoras miles de sus discípulos fueron masacrados y quemados, solo un discípulo suyo, Lysis, pudo escapar -y no lo hizo para salvar su vida- sino para preservar algo de las enseñanzas del maestro: Los versos dorados de Pitágoras. Todo lo que Pitágoras había recopilado en sus viajes, grandes escrituras de China, India, Tíbet, Egipto, fue quemado. Sin embargo, las enseñanzas del maestro, siguen vigentes en la actualidad.
Y aunque se haya perdido mucho del conocimiento de Pitágoras, la importancia de su pensamiento estriba en que a través de éste podemos comprender el envilecimiento del “ser humano” en el mundo actual, demasiado pragmático, artesanal y tecnológico, condicionado por el carácter utilitarista, económico y material del conocimiento científico; de manera que el desarrollo humano está fundamentado casi totalmente en el crecimiento de la economía individual y colectiva, sin correspondencia alguna con el crecimiento espiritual. Lo que explica muchas de las desgracias del mundo actual. En consecuencia, necesitamos generar y formar un ser humano nuevo, que se apoye en la ley del poder sin descuidar la ley de la necesidad. Para ello, uno de los caminos que nos enseña Pitágoras es buscar la armonía entre ciencia y religión. Porque solo esa armonía puede salvar al mundo.

Fuentes consultadas
·         Osho. La Geometría de la Conciencia. Círculo de Lectores. Bogotá, D.C. 2008
·         Clark Robert Gutiérrez León. El poder secreto de la masonería reside en el teorema de Pitágoras. http://archivo.elnuevodiario.com.ni/2002/abril/14-abril-2002/variedades/variedades4.html
·         La Respuesta De Pitágoras. Los Números Sagrados  En La Tradición Pitagórica Masónica.
·         Enseñanza Pitagórica. http://elmason.blogspot.com/2006/09/enseanza-pitagrica.html
·         D. L. Thomas. http://www.tradicional.com.ar/ptah/pitagorico_moderno.htm
·         Versos áureos de Pitágoras. http://www.mat.usach.cl/histmat/html/indice.html

S:. F:. U:.

jueves, 13 de enero de 2011

Agua dulce: una sola gota... y se agota


No se puede medir con precisión la cantidad de agua del planeta. Sin embargo, según cálculos, habría unos 1.400 millones de kilómetros cúbicos, de los cuales el 97,4%, es decir, casi toda el agua, es marina, salada, no apta para el consumo humano. Esa masa total del agua no varía, pero circula permanentemente entre el mar, el cielo y la tierra firme. De esta circulación dependen, directamente, los re­cursos de agua dulce de todas las regiones. Es claro pues que el agua dulce no predomina, representa apenas el 2,6% de agua del mundo. Además su distribución no es uniforme: las dos terceras partes se encuentran en es­tado sólido, en el hielo de los glaciares y casquetes polares, o sea de difícil acceso al consumo humano. La  parte restante está en los ríos, lagos, nubes y en el cuerpo de las criaturas. En los acuíferos subterráneos yace una buena cantidad, también de difícil acceso. En síntesis, sólo el 0,014% del agua mundial es dulce, líqui­da y superficial. Se podría decir: ¡una gota de agua! Sin embargo la estamos deteriorando a una gran velocidad. Cada día es más difícil y costoso encontrar agua segura para el consumo humano.

La situación mundial no es nada alentadora. Las Naciones Unidas calculan que una cuarta parte de la humanidad no tiene asegurado el abastecimiento de agua dulce.

En el año 2000 éramos 6.100 millones de personas, y si se considera en 200 litros por día el consumo promedio por persona, la demanda diaria de agua era de 1.220 millones de metros cúbicos. Pero como el agua en el mundo no aumenta, la que ten­emos hoy es la misma que hemos tenido siempre, es impe­rioso para la humanidad estudiar y resolver el problema del manejo y preservación de este recurso. De lo contrario se tornará en una amenaza implacable para la raza humana, persistiendo así la pérdida de cultivos, infraestructura y vida por efecto de inundaciones, avalanchas, contami­nación y erosión.

La agricultura es la actividad humana que más agua dulce consume: el 70% de toda el agua. A escala mundial, la su­perficie de los regadíos se ha multiplicado por seis en los últimos 100 años, pasando de 47,3 millones a unos 300 millones de hectáreas. No es descabellado pensar que entre los agricultores y los habitantes de las ciudades, necesitados de agua potable y de servicios de saneamiento, se produzca un conflicto directo a la hora de disponer de las existencias de agua. En los últimos 50 años el consumo de agua potable se ha duplicado.

El agua es el único elemento irremplazable en la naturaleza y sin ella finalizan todas las posibilidades de vida.

El hombre moderno ha ignorado esto. Apreciemos en el siguiente cuadro la comparación entre la disponibilidad de agua que tuvo el mundo en 1950 y 2000, discriminada por continentes:
Disponibilidad en metros cúbicos de agua por persona-año 1950 – 2000

1950
2000
EUROPA
6
4
ASIA
9.6
3.3
AFRICA
20.6
5.1
AMERICA LATINA
105
28.3

El cuadro anterior mide cabalmente la dimensión del reto. El agua dulce va a ser en los próximos quince o veinte años el problema ambiental y político más decisivo que enfrentará la humanidad. En comparación, la amenaza nu­clear y los conflictos en torno al petróleo tendrán una im­portancia secundaria.

Sin embargo, esas estadísticas son generales, no revelan lo que pasa país por país, donde encontramos desbalances también abrumadores: mientras casi tres cuartas partes de la población mundial sólo puede disponer de 59 litros por día, cada americano del norte, por ejemplo, consume 1.000 litros en promedio. Una buena parte de ese consumo de agua se les va a los norteamericanos en lavar el carro y regar el jardín.

Perspectivas
La contaminación, el aumento acelerado de la desertificación, la explotación irracional y los gigantescos incendios de los bosques, el monocultivo de miles de hectáreas como la amapola o la coca, el café o los viñedos, y muchas otras, amenazan seriamente con producir una crisis respecto a este recurso.
La Organización Meteorológica Mundial pronostica, que de seguir las cosas como van, en el siglo XXI habrá penuria de agua, suelos y fuentes cada vez más contaminados, inundaciones y sequías cada vez más graves. Más aún, en foros recientes se ha llamado la atención sobre posibles guerras por el agua en los próximos años.
Mientras todo esto ocurre, se plantea en todo el mundo, bajo los lineamientos de varios organismos internacionales como el Fondo Monetario, la banca multilateral y otros, la necesidad de privatizar las empresas que manejan el agua, tanto para consumo humano directo, como para regadíos o generación de energía. El argumento fundamental a favor de la privatización se refiere a la supuesta mayor eficiencia administrativa de las empresas privadas y su mayor capacidad de inversión y modernización tecnológica. El argumento a favor de mantenerla como bien público reposa en su condición de bien estratégico, y por lo tanto de propiedad de todos y no solo de unos pocos. La privatización ha tenido consecuencias de exclusión de los pobres por tarifas muy altas, y el deterioro del servicio, así como la falta de capacidad para proteger los ecosistemas que son fuente del agua.
La problemática del agua es, entonces, muy compleja, y fundamentalmente requiere que se genere una mayor participación de las comunidades para comprender las situaciones específicas de cada lugar, buscar soluciones con el compromiso de todos los ciudadanos, ponerlas en práctica y, en fin, hacer todo lo necesario para proteger el bien más preciado para los seres vivos. 

Beccaria: en defensa de los más altos valores de la justicia y del derecho «Dichosas, pues, aquellas pocas naciones que, sin esperar...